El laísmo

El laísmo consiste en utilizar el pronombre la(s) para el complemento indirecto femenino. Hay que señalar que el laísmo no está admitido por la R.A.E., que prefiere el sistema etimológico, lo(s) y la(s) para el objeto directo y le(s) para el indirecto.

Pongamos un ejemplo:

  • Dila a tu madre que llamaré más tarde. Incorrecto.

  • Dile a tu madre que llamaré más tarde. Correcto.

La norma del español exige que para el complemento indirecto se utilice el pronombre le(s) tanto para masculino como para femenino.

  • La dolía la cabeza. Incorrecto
  • Le dolía la cabeza. Correcto.

Una-regla-sencilla-para-usar-correctamente-le-la-lo

El hablante laísta introduce en el pronombre del complemento indirecto una distinción de género que es ajena a la norma. El pronombre que expresa el complemento indirecto es siempre el mismo (le), independientemente del género. No hay forma de indicar si estamos hablando de un hombre o de una mujer, de un objeto de género masculino o de uno de género femenino. Es el contexto el que nos proporcionará esa información, no el pronombre.

Este fenómeno se registra en Madrid y en algunas de las provincias que constituían la antigua región de Castilla la Vieja (Santander, Burgos, zona occidental de Soria, Segovia, Ávila y Valladolid), no solo en el nivel subestándar (no culto), sino también en hablantes cultos.

Por otro lado, algunos hablantes laístas incurren en el leísmo, cuando utilizan le(s) en lugar de la(s) o lo(s) puesto que aplican la misma regla. Por ejemplo: A tu hermana no le he visto últimamente, en lugar de A tu hermana no la he visto últimamente. Su razonamiento es: si se dice a tu hermana le he dicho también debo decir a tu hermana le he visto. Son funciones sintácticas diferentes. En el primer caso es un complemento indirecto y en el segundo ejemplo es un complemento directo. 

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