Grandor del Global Teacher Prize 2019: Peter Tabichi, profesor de matemáticas y ciencias.

El ganador de la quinta edición del Global Teacher Prize entregado por la Fundación Varkey y celebrado en Dubái ha sido Peter Tabichi, profesor de ciencias y matemáticas.

Peter Tabichi da clases de secundaria en la escuela Keriko Secondary School en Pwani, una aldea remota y semiárida del valle del Rift, en Kenia. De 36 años de edad, huérfano de madre desde los 11 años, de una familia con vocación educativa: varios de sus primos son también profesores y su propio padre es maestro y su principal inspiración; además es un religioso franciscano.

Su carrera como docente comenzó con un breve paso por la educación privada, hasta que el ahora ganador decidió que sus servicios se necesitaban más en una comunidad pequeña. Y así ha sido. En una escuela en la que el 95% de los alumnos son pobres, huérfanos de alguno de los progenitores, con problemas de drogas, embarazos adolescentes, alta tasa de suicidios, de abandono escolar, bajísimo porcentaje de alumnos que continuarán con sus estudios… desde su llegada en 2015 ha pasado de tener unos 200 alumnos a rondar los 500, contar con un exitoso club de ciencias, aumentar el número de alumnos que ingresan en la universidad tras sus estudios secundarios y que incluso el rendimiento de las alumnas sea mejor que el de los alumnos.

Sus alumnos del ya afamado club de ciencias han clasificado el 60% de sus proyectos en competiciones nacionales, en la Feria Nacional de Ciencias e Ingeniería del año pasado ganaron con su dispositivo para ayudar a medir objetos a invidentes y sordos, han ganado un premio de la Royal Society of Chemistry de Reino Unido por crear una máquina que almacena energía de plantas y residuos orgánicos y el equipo de matemáticas está clasificado para un torneo científico y de ingeniería en Arizona, Estados Unidos.

Han implementado también huertas escolares con raíces tolerantes a la aridez del terreno en las que colabora toda la comunidad para combatir la falta de alimentos, Tabichi junto con otros profesores da clases individuales a alumnos con bajo rendimiento e incluso los fines de semana se desplaza a casa de algunos de ellos para realizar tutorías con los padres.

En su discurso de agradecimiento no se ha olvidado de rendir homenaje a su padre allí presente y de dejar claro que el reconocimiento no es para él, sino para reconocer los logros de sus alumnos.

A buen seguro que el millón de dólares con el que está dotado este premio será bien utilizado en la comunidad, a la que Peter Tabichi ha dicho que lo iba a donar (y a la que de hecho dona gran parte de su sueldo), y a mejorar una escuela en la que hay cerca de 60 alumnos por clase y un solo ordenador con mala conexión a internet.

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