¡Feliz San Valentín!, aunque… ¿sabemos por qué se celebra hoy?

Como cada 14 de febrero muchos pasarán el día flotando en una nube, soltando corazoncitos a su paso, con eso de «Love is in the air» resonando en la cabeza… bueno, vale, quizá esté exagerando un poco. Otros tantos estarán hartos de tanta cursilería en el ambiente y diciendo eso típico de «San Valentín es un invento de los grandes almacenes». Pero, ¿lo es?, ¿sabéis cuál es el origen de esta fecha?. Nosotros os lo contamos.

Para empezar vamos a romper el mito de que sea idea de los centros comerciales. Es verdad que han sabido sacarle el máximo provecho, pero igual que han hecho con otras festividades cristianas como la Navidad, sin ir más lejos.

Sí, habéis leído bien: festividad cristiana. El Día de San Valentín tiene un origen incierto, en el que encontramos dos posibles teorías que incluso pueden estar relacionadas. Y, curiosamente, ambas tienen un toque ligeramente macabro y religioso.

Primera teoría:

Por un lado tenemos la teoría de la conmemoración de las buenas obras de san Valentín de Roma. En la Roma del siglo III, cuando el emperador Claudio II prohibió el matrimonio entre los jóvenes con la excusa de que solteros y sin hijos eran mejores soldados. Un sacerdote llamado Valentín casaba a los soldados con sus damas a escondidas, incluso cuando el emperador había prohibido el cristianismo. Al enterarse Claudio II, el sacerdote fue capturado con intención de que se excusara, regañarle y echarle del país. Pero la influencia de los altos funcionarios hizo que el emperador mandara decapitar a Valentín.

Mientras estaba en prisión esperando su ejecución, se cuenta que un oficial, un custodio, o un juez de prisiones, no está claro el cargo, en un intento de humillarle le propuso el reto de curar la ceguera de su hija Julia, invidente de nacimiento. El bueno de Valentín aceptó y pasó los días reza que te reza pidiendo que la joven pudiera ver. Durante su traslado a la plaza pública para la ejecución, el sacerdote le dio una nota a Julia, ella pudo leer «Tu Valentín», ¡oh, milagro!. Aunque de nada le sirvió a este defensor del amor (de quien se dice que se enamoró de la joven), fue ejecutado igualmente. Era un 14 de febrero del año 270. Cuenta la leyenda que la joven Julia plantó un almendro en su tumba, árbol considerado símbolo del amor y la amistad.

En el año 494 el papa Gelasio I designó el 14 de febrero como el Día de San Valentín, en honor al sacerdote, festividad que ha estado incluida en el calendario litúrgico de la Iglesia Católica hasta que el Concilio Vaticano II de 1969 la eliminó.

Segunda teoría:

Aquí rizamos el rizo. Dicen las malas lenguas que en realidad el papa Gelasio I lo que quería era terminar con la celebración pagana de llamada Lupercalia. Una fiesta dedicada a la fertilidad en la que se sacrificaban perros y cabras para desollarlos y hacer látigos con sus pieles. Durante la celebración las mujeres esperaban ser golpeadas con estos látigos impregnados de la sangre de los animales, ya que creían que esto les otorgaría fertilidad. La prohibición de la celebración de Lupercalia coincide con la instauración de la festividad de San Valentín por parte del papa. Qué casualidad…

Así que ya veis, un origen nada idílico para una fiesta tan romántica. ¡A quererse mucho todo el mundo se ha dicho!

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