La leyenda del primer «astronauta» de la historia

Aunque fue Yuri Gagarín el 12 de abril de 1961 el primer astronauta (o mejor dicho cosmonauta) de la historia en su viaje en la nave Vostok, el protagonista de la historia de que os vamos a contar hoy merece una mención especial.

Un funcionario imperial de la dinastía Ming en China en el siglo XVI llamado Wan Hu, es probablemente el primer hombre del que tenemos constancia que tuvo un interés en llegar al espacio y que incluso llegó a construir un artefacto para intentarlo.

Cuenta la historia que Wan Hu era un entusiasta de las estrellas, y que un espectáculo de fuegos artificiales le inspiró para intentar conseguirlo. Tras realizar los cálculos necesarios construyó su nave: una silla anclada a una plataforma en la que fijó los 47 cohetes más grandes que consiguió y que serían los encargados de propulsarle y un par de cometas que aparentemente le servirían de timón. El día del lanzamiento, Wan Hu se presentó con sus mejores galas, llegado el momento les pidió a sus 47 ayudantes que prendieran la mecha de los 47 cohetes a la vez y se dispuso a despegar camino de las estrellas… Una vez se hubo disipado el humo no había ni rastro del audaz funcionario ni de su «cohete» ni lo hubo nunca, tampoco es que su nave pareciera estar diseñada para realizar un viaje de vuelta de allá a donde quisiera ir. Y ahí se forjó la leyenda.

En 2004 se simuló el vuelo de Wan Hu en televisión sustituyéndole por un  maniquí y el resultado fue el esperado: un maniquí calcinado. En cualquier caso, aunque no pueda ser considerado el primer cosmonauta (no llegó a navegar a través del cosmos) ni el primer astronauta (no consigió viajar a otro astro), sí que muchos le consideran el primer taikonauta: del chino «taiko» que significa espacio. También le tiene en cuenta la NASA mencionando su historia en su web y además lleva su nombre un crater en la Luna. 

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