El valor de seguir aprendiendo

Otilia Valdez y Juana Rosa Vizcarra son dos bisabuelas cordobesas, de 83 y 79 años respectivamente, y están cursando primaria en una escuela de Córdoba, además de aprender materias como matemáticas o a escribir y leer, también comparten vivencias con sus otras compañeras, todas mayores de 60 años.

Ambas tuvieron una vida bastante dura, Otilia cuenta que sí fue a la escuela cuándo era pequeña, pero que a los 14 años se tuvo que poner a trabajar, ya que eran bastantes hermanos en su familia, y las mujeres empezaban a trabajar en el campo a esa edad para mantener a la familia. También comenta que sabía leer y escribir, pero que tuvo un ataque cerebral y se le olvidó todo, “Me gusta mucho venir a la escuela y aprender. Lo que más me gusta es Matemáticas”.

Rosa también tuvo una infancia dura, su padre era alcohólico, y su madre hacía lo que podía, tenía 8 hermanos y la tocó ayudarla a cuidarlos y realizar las tareas de la casa, ya que ella era la mayor. Sobre su época de escuela, recuerda que recibió varios golpes por parte de sus profesores, “Si nos portábamos mal, nos pegaban con esa varillita, el puntero, y como el maestro era el que tenía la razón, ¡no les podíamos decir nada!”. Para Rosa, ahora lo más importante es la lectura.

Las dos perdieron a sus maridos, y a alguno de sus hijos, pero siguen sonriendo y tienen muchas ganas de seguir adelante y seguir aprendiendo todo lo que las enseñan.

“¿Hasta cuándo vamos a venir a la escuela? ¡Uh! ¡Hasta que Dios nos lleve con él!”, exclama mirando al techo Rosa. “¡Hasta que nos llame”, asegura Otilia. Y juntas vuelven a sonreír.

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